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DESARME, ALTA VELOCIDAD Y…SUS CONSECUENCIAS
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Las elecciones y el «Efecto Casandra»
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De Odiseo a Proserpina
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El Día de la Marmota
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¡Si hubiéramos ganado el Mundial!
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¡Oiga, yo ni un duro…!
Querido Pablo
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La "mesa" de Putin
Ponnos un güisqui
FILOMENA: EL FIN DE UN MITO
EL NEGOCIADOR QUE LO NEGOCIE...
NO SE PREVIÓ
FISCALIDAD PROGRESIVA
Se ha publicado estos días en prensa, el interés de determinadas compañías aéreas, por embutirnos, más aún, en el interior de los aviones de transporte de pasajeros. La idea no es nueva, pues hace ya unos años que le vienen dando vueltas a cómo abaratar el precio de los billetes de avión y competir con otros transportes que le están ganando terreno, como es el caso de los trenes AVE.
Al efecto, los ingenieros han diseñado un asiento con una ergonomía muy particular, y lo han bautizado con el nombre de Skyraider, algo así como “jinete del cielo”. Muy adecuado. Digo yo que, ya puestos, y como efectivamente parece que iremos sobre una silla de montar con respaldo, podrían haberse estirado y colocarle riendas y estribos, de forma que durante el trayecto uno pueda alzarse sobre los mismos y lanzar un ¡Ayo Silver!, grito que para mí generación tiene unas connotaciones entrañables. Otro complemento que podría incorporarse sería un sombrero de cowboy, que para ser reciclable, requeriría, eso sí, de una funda interior desechable.
En la misma línea y solo por dar ideas, podría situarse una barra central en cada asiento, de forma que suba y baje como en los tiovivos de la feria; esto permitiría a los viajeros interaccionar muchísimo más con el resto del pasaje. Nota: es importante que los asientos contiguos suban y bajen de forma alterna.
Pues nada, vayan ustedes pensando que dentro de poco cabalgaremos a bordo de esos nuevos rocinantes, y sobre todo, no se olviden de hacer pis antes de embarcar, perdón de montar.
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