Ese mundo…ya no está

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Segundo premio en el III Certamen Literario «La buena letra»

 I
Nunca fue el ser humano más errante
entre la soledad y la tristeza.
Convertido en un mero sicofante
ya no tiene el valor y la entereza
de cabalgar de nuevo a Rocinante,
y defender al débil con nobleza.
Sentado en su butaca de pensar
tan solo espera la hora de cenar.

II
No quiere saber ya de dónde viene;
tal vez porque no sabe a dónde va.
Convenientemente siempre se abstiene,
y el timón de su nave virará
condenando, si condenar conviene;
y si ordenan que grite, gritará.
A menudo se borran sus porqués
cuando mira la cuenta a fin de mes.

III
Su liturgia, el domingo, son las gestas
que acaban con proclamas imposibles;
y cuando finalizan las protestas
(tornándose sus dogmas más flexibles),
sus iras son, también, menos funestas,
y sus réplicas son menos terribles.
En la masa su miedo se apantalla
pero a solas, cobarde, siempre calla.

IV
Prisionero en el espacio virtual
su cabeza se inclina, permanente,
sobre cualquier pantalla de cristal.
Olvidó que es preciso alzar la frente
si quiere distinguir el bien del mal,
y seguir un camino diferente.
Incapaz de marcar su propio ritmo,
se lo confía todo al algoritmo.

V
Detiene el paso incierto y reflexiona
mirando alrededor a ese desierto:
un trágico erial que ahora pregona,
de forma irremediable, un cruel aserto;
y un silencio que, cómplice, jalona
el doblar de campanas por el muerto.
El mundo que su anhelo buscará:
ese mundo que añora… ya no está.

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