Hay noticias que, aunque figuren en las páginas interiores de los periódicos, son más importantes de lo que a primera vista parece, porque afectan «a las cosas de comer». Esta mañana, los MCS revelan que un estudio español presentado en el «31 World Congress on Controversies in Obstetrics, Gynecology and Infertility, (COGI)», celebrado en Viena, constata que los varones ovetenses poseen el semen con mayor calidad de toda España. Esto…, que quieren que les diga: a algunos, bien, no les va a sentar.
El estudio no es capaz de determinar el porqué de esa riqueza de espermatozoides (hasta 102 millones, superando en más de 20 al segundo clasificado), y la alta movilidad de los mismos; y alude, de una forma tangencial, al estilo de vida y factores ambientales.
Como digo, la noticia no ha sentado bien en el resto de provincias españolas, (ciudades autónomas y peñones de soberanía), y, particularmente, en las ciudades de Gijón y Avilés que configuran los tres grandes núcleos de la población asturiana. Ambas ciudades, no exentas de razón, aducen que tanto el estilo de vida, como «el ambiente» que se respira en las mismas, son muy similares. E, incluso, ponen en valor su condición de ciudades costeras, abiertas al mar, arguyendo que, como todo el mundo sabe, la inmensa mayoría de los baby boomers de España se gestó en Palma de Mallorca, ciudad igualmente costera, y lugar al que la práctica totalidad de las parejas que contrajeron matrimonio en las décadas de los sesenta y setenta iban de viaje de novios. (Exceptuamos aquí a los intelectuales de izquierda que, en esa época, estaban todos en el «Mayo del 68», en París).
Por otra parte, fuentes locales que prefieren mantenerse en el anonimato, apuntan a un posible efecto del consumo de sidra como potenciador de la producción y calidad del esperma; y, es de justicia subrayar que aunque el número de litros por asturiano y año está entre los 50/55 litros, en Gijón esta cifra alcanza los 60. (Datos de 2022). Otras fuentes, no menos autorizadas, se centran más en la alimentación, haciendo hincapié en la fabada y el cachopo, sin desautorizar la ingesta de sidra.
Sin embargo, si profundizamos en el asunto, y dando por buena la dirección que apunta hacia la clase de alimentos que constituyen la dieta de los asturianos, es preciso preguntarse ¿qué comen los ovetenses que no se come —o al menos no tanto—, en el resto de Asturias? Pues, queridos lectores, hay una comida que se consume, de forma casi desaforada, en la ciudad de Vetusta: El Desarme.
El menú del Desarme está compuesto por un primer plato de garbanzos con bacalao y espinacas, un segundo a base de callos a la asturiana, y rematado con un postre de arroz con leche, y conmemora el final de la Tercera Guerra Carlista en la ciudad de Oviedo, el 19 de octubre de1876, y la desactivación de la Milicia (de ahí el nombre de Desarme), a la que le fueron recogidas las armas que regresaron a sus cuarteles.
La historia de cómo nació, se desarrolló y llegó hasta nuestros días esta costumbre, es un poco más compleja de lo que les he contado, y, si les apetece profundizar en ella, les recomiendo la lectura del libro de Adolfo Casaprima Collera «Origen y evolución del desarme (Fiesta gastronómica de Oviedo)».
La cuestión es que, a lo largo del año, y particularmente, durante la semana del 19 de Octubre, en los bares, chigres y restaurantes, así como en los domicilios particulares de la ciudad de Oviedo, solo se percibe el olor de este guiso cocinándose a fuego lento en los fogones. Algo tendrá que ver, digo yo.
No quiero olvidarme, por lo que también pudiera aportar al asunto, de otro alimento que, aunque no forma parte del menú del Desarme, es típico y exclusivo de la ciudad de Oviedo, y a la que esta apadrinó con su gentilicio: el Carbayón; un pastel que nació en el obrador de la afamada confitería de «Camilo de Blas», y que en el año 2024 cumplirá un siglo de vida, y que las tardes lluviosas, que en Oviedo son muchas, endulza los paladares de sus habitantes.
Voy concluyendo (aquí me entran unas ganas tremendas de añadir, Señoría).
No puede, tampoco, considerarse casualidad que la noticia de la altísima calidad del semen de los ovetenses salte a los medios coincidiendo con dos eventos, a saber: la declaración de Oviedo como Capital Española de la Gastronomía en 2024, y la inauguración de la «Variante de Pajares» que llevará la Alta Velocidad hasta Asturias (que, por cierto, ya era hora).
Se han vendido ya más de sesenta mil billetes. Y no me sorprendería que muchas de las viajeras (aquí sí procede un contundente femenino), en esa nueva línea de alta velocidad, viajen hasta la capital asturiana, animadas por «la alta velocidad» que el estudio COGI otorga al semen carbayón.
2 respuestas
Magnífico camarada, como siempre.
¡Genial, qué buen rato me has regalado! Muchas gracias por compartir tu talento con nosotros.