Cuando dejamos de vagar
VERANO
A mi padre
El volcán
El año que no hubo otoño
L´Estruendu
SOLEDAD DE FLORES MUERTAS
LA ESTELA
Tiempos de amor, honor y guerra en el Bierzo
La higuera
Aprehender el tiempo
Mi casa
El héroe en la batalla
Las mariposas del río
Ese mundo…ya no está
El río
Seis octavas para un recuerdo
Solo te recito un verso
Cántaros y agua
«Ocurrió en un mes de octubre...»
Castilla
Estaba tan cerca
La silla vacía: En recuerdo de Pepe Fuster
TERCER PREMIO (POESÍA) EN EL V CERTAMEN LITERARIO «LITERATÚRIA» DE RIBA-ROJA DE TÚRIA
Al principio, antes
«No todos los que vagan están perdidos»
JRR Tolkien.
Antes de la huella,
antes del sendero,
antes del camino.
Mucho antes
del puente sobre el río,
él
ya había pasado por allí.
Sin rumbo fijo
«No había a donde ir excepto a todas partes y tenía que mantenerse bajo las estrellas». Jakc kerouac
Pensamos que el errante
vaga sin rumbo;
y que el que vaga sin rumbo
—preocupado tan solo del camino—,
aquel cuyo mañana
siempre es hoy,
que no vive esclavo
del destino,
que nada posee
porque lo tiene todo,
y al que todo lo que tiene
le cabe en su pequeña alforja…
No es feliz.
Pero fue dejar de caminar
lo que nos hizo infelices:
decir que un árbol era nuestro,
que un arroyo nos pertenecía,
y creer a los animales
que nos llamaron amo
convirtiéndonos en sus rehenes.
Los pájaros
«A pie y con el corazón alegre salgo al camino abierto, saludable, libre, el mundo se abre ante mí, y ese largo camino pardo ante mí me lleva adónde yo quiera.» Walt Whitman.
Cuando vio volar los pájaros, pensó:
¿adónde irán?
Mientras se alejaban,
haciéndose cada vez más y más pequeños,
se dijo que quizá
la tierra no terminaba
en las montañas de color blanco
como le había dicho su madre.
Y en su corazón
sintió algo que nunca antes había sentido:
el irrefrenable deseo de seguirlos.
La palabra
«La palabra se ha dado al hombre para que pueda encubrir su pensamiento». Talleyrand
Habíamos renunciado,
hacía ya tiempo,
a los rugidos;
y al hacerlo
renunciamos también a la verdad.
Los rugidos no sabían mentir,
pero con la palabra
llegó la mentira
entretejida con los hilos de la falsedad.
La libertad
«Ahora que no tenía nada que perder, ella era libre»
Paulo Coehlo
Y un día
dejamos de vagar,
libres.
Y tuvimos que inventar la libertad.
Después, pensamos
que era demasiado valiosa
para que la disfrutaran todos,
y la secuestramos para «protegerla».
Le pusimos cercados y vallas…murallas,
la disfrazamos con vacuos homenajes,
y en su honor
erigimos monumentos
qué, en realidad,
eran túmulos.
Y…Dios
«Los hombres temen a los mismos dioses que han inventado».
Marco Anneo Lucano
Por último
inventamos a Dios.
Lo hicimos a nuestra imagen y semejanza:
lo quisimos errante,
lo quisimos pobre,
porque,
si al final había que asesinarlo,
sería más fácil
matar a un paria.
Pero Dios se hizo con el poder,
finalmente.