R: ¿Diga?
P: ¡Presidente!
R: ¡Hombre President! ¿Cómo estás?
P: Vamos haciendo, vamos haciendo. Oye, te llamaba por coordinarnos un poco para el asunto este de la independencia.
R: Tú dirás.
P – ¿Qué tenías pensado? Un poner, si yo salgo al balcón y declaro la independencia…
R: Bueno, algo clásico. Tampoco te vayas a pensar…
P: Pero bueno, ¿algún tanque sí que mandarás? Uno de esos grandes, con un cañón largo; yo había pensado que me podía poner delante, así tipo Tiananmen. Porque, ¿eso es seguro? ¿no?, digo que cuando para, no hay peligro de que te atropelle…
R: No, no, totalmente seguro. Tenemos unos bastante grandes que se llaman “Leopardo”.
P: ¿Leopardo? No sé…no sé. Es que un nombre así… de animal. Luego los ecologistas…tú ya me entiendes.
R: Bueno, hay otros que se llaman “Pizarro”.
P: “Pizarro” sí, ese me gusta más. ¿Quién era, este Pizarro?
R: Un conquistador. Conquistó El Perú.
P: ¿El Perú? ¡Perfecto, perfecto! Eso le da un carácter imperialista ¡Genial! ¿Oye, este Pizarro, no sería catalán?
R: No, no. Era extremeño, de Trujillo.
P: ¡Extremeño!, oye genial, genial. Y luego lo de la detención… ¿Cómo lo ves tú?
R: Pues, mira, ahí lo que prefieras.
P: Yo había pensado que, mejor que la Policía Nacional, la Guardia Civil ¿no? Es como más…estético. Pero te quería pedir un favor.
R: Tú dirás.
P: A ver, que es una tontería, pero que si me los podías mandar con tricornio, es que la gorra…hombre, no es lo mismo, y, ya puestos, pues uno por lo menos que tenga bigote.
R: Bueno, veré lo que puedo hacer, pero no te prometo nada.
P: Adiós Presidente.
R: Adeu President.