La Izquierda española y posmoderna, ya no lleva barba. Y mira que la barba y la Izquierda han hecho siempre buenas migas. Marx, Engels, Castro, y la barba que, aunque algo rala, es la más famosa de todas: la del Che. Pero Ni Felipe González, ni Pedro Sánchez, ni Zapatero…han llevado barba, y la de Pablo Iglesias yo creo que realmente no cuenta como barba, aunque lo compensa con la melena setentera. Ahora la barba es atributo de la Derecha: Rajoy, Casado, Abascal, y Rivera porque no le sale. Y es que ahora las derechas y las izquierdas se pasan el día quitándose cosas: que tú me quitas la bandera, pues yo te quito el feminismo; que tú te quedas con los LGTBI, pues yo me dejo la barba.
La barba es atributo de varones, y de hembras que fueron en su tiempo atracción de feria de pueblo; y aunque culturalmente tiene mucho más recorrido que el que podemos dedicarle en estas líneas, siempre se relacionó con la virilidad y por extensión con la fuerza que se le suponía al macho y su capacidad de combate frente a otros machos. Y es que la barba (y en general todas las pilosidades corporales) nos recuerda cruelmente nuestra esencia animal; sale para afirmar la condición de macho y eso a la Izquierda posmoderna en una época en la que el hombre está por decidir si va o viene, no le gusta. La barba los sitúa en un contexto demasiado radical, como de depredadores de huevos de gallina violada.
Yo creo que las próximas elecciones (todo apunta a que ya serán irremediables) van a ser un duelo donde las barbas tendrán mucha importancia. Los candidatos se miraran de lejos, verán el volumen de la barba de su adversario, y calcularán si hay hueco entre la barba y la yugular para morder.