Cuando el mayor John Reisman (Lee Marvin) seleccionó a doce hombres para lanzarlos en mitad de la Alemania nazi, en la película de Robert Aldrich “Doce del patíbulo”, no les prometió nada, tan solo que, sí regresaban, era posible que se revisaran sus condenas. Su alternativa era la horca, así que no había mucho que pensar.
La trama es clásica en el cine americano: la patria en peligro requiere de un supremo sacrificio y éste lo realiza siempre un grupo de marginales: hombres y mujeres que extraen del fondo de su marginalidad un sentido del deber que les impulsa a dar la vida por su país. Por cierto, el negro, el indio y el chicano, tampoco están en la película por casualidad.
Hay que tener en cuenta que ese sentimiento está en los genes de la nación Americana, al fin y al cabo fueron muchos los europeos que en los siglos posteriores al Descubrimiento, fueron deportados a las colonias y no precisamente por buena conducta, y que luego forjarían su independencia.
Ahora el PSOE tiene que decidir si “lanza” once diputados en medio del PP. No tendrían que jugarse la vida, tan solo abstenerse. Pero sus nombres pasarían a la Historia y cuando en el futuro hablasen de alguno de ellos dirían: sí hombre, fulano, ¿no te acuerdas? fue uno de los que se abstuvo en la investidura del 2016.
Javier Fernández, emulando al mayor Reisman, tiene ahora que seleccionar once nombres ¿qué les prometerá?