Jue 23 febrero 2017
Paco y olé
Mas Artículos
Últimas Publicaciones
Mopongo
Se le calentó la boca a la ministra Montero, y hablando «a tontas y a locas» —en ambiente mitinero—, dejó a la Constitución temblando sobre el alero. «Este...
Quiero Verlo
Eso lo sabe el más lerdo
Bien lo diga Agamenón, o lo diga su porquero, delegar no es transferir: eso lo sabe el más lerdo. Y aunque lo afirme Marlaska en la mitad del albero, o...
Quiero Verlo
El primo de Zumosol
En el año 2018 publiqué en el blog un artículo con el título de Europa fracasará, de nuevo. https://laoctavasilla.com/europa-fracasarade-nuevo/ Posteriormente,...
Quiero Verlo
A mi padre
Finalista en el X Certamen Literario «Universidad Popular de Almansa»  ¿Qué hay detrás de ti, si ya no eres? ¿Si apenas recuerdas el nombre de tu hijo? ¿Si...
Quiero Verlo
El volcán
Finalista en el IV Concurso de Sonetos «Hernán de Usero», del Ateneo Literario de Artes y Ciencias de Puerto Real, Cádiz.   El volcán La tierra reventó,...
Quiero Verlo
El trato
Finalista en el IV Concurso de Microrrelatos de la Asociación Cultural «Aguanaj» Era casi mediodía y hacía mucho calor. Lucía caminaba lentamente por la...
Quiero Verlo
El segundo premolar
Publicado por la Fundación Círculo de Burgos. Edición Círculo Creativo. VI Concurso de Microrrelatos. Pidió un paño, vinagre y un poco de sal para cortar...
Quiero Verlo
Donde dije digo...
En la cima del Cervino lanza al aire su lamento. Puigdemont no está contento: pide cava y le dan vino. Si aquí no cambian las cosas —dice mostrando su...
Quiero Verlo

Ya no quedan casi pícaros de iglesia en este País. Paco, Paco Sánchez, el hombre de los dos mil tumores, habría sido un gran pícaro de iglesia. Con su lastimera voz, con su enfermizo aspecto, hubiera rogado la limosna de forma que habría resultado difícil negarle unas monedas.

Galdós en su obra Misericordia, retrata magistralmente la mendicidad del atrio de los templos en la España de finales del XIX; sus jerarquías, sus intrigas…Paco hubiera encajado en ese mundo como anillo al dedo. Sus interpretaciones están a la altura de las que realizan, en esa gran película de Pedro Lazaga “Los tramposos”, un soberbio Tony Leblanc y su partenaire (Mariano Ozores) dándole el timo de la estampita a un paleto en las cercanías de la estación de Atocha.

Hace unos días escuchaba a un representante de la Policía Nacional, decir que el timo, la estafa, se había convertido en algo anodino: un individuo en cualquier parte del planeta, lanza desde un ordenador millones de mensajes que contienen un timo y a esperar el tanto por ciento inevitable de ingenuos. “Ya no hay arte en la estafa” decía el representante de la ley y el orden. Pues no es cierto. Ahí está Paco, Paco Sánchez con sus dos mil tumores, para demostrar que el mundo del Buscón, del Lazarillo, de Guzmán de Alfarache está más vivo que nunca.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Apúntate a mi canal

Loading
La Octava Silla
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.